1- El agua no adelgaza ¡Pero es de gran ayuda!, pues no contiene ninguna caloría y nos sacia al instante. La ventaja es que la podemos beber durante todo el día, fría o caliente, en forma de té o café. Si la consumimos de forma regular durante la comida, engañaremos el hambre y nos quedaremos llenas mucho antes. Además, elimina las toxinas, contribuye al drenaje del cuerpo y a la hidratación de la piel.
2- El pan engorda
Depende, sobre todo, del tipo de pan y de la cantidad que consumamos. Lo ideal es elegirlo integral, por ser rico en fibras tardamos más en digerirlo y permanecemos llenas durante más tiempo. No obstante, una sola rebanada de este pan por comida es más que suficiente: 100 gramos de pan integral equivalen aproximadamente a 230 calorías. Ahora bien, el pan, integral o no, sigue siendo azúcar… lento. No es que nos lo tengamos que prohibir del todo, sino que debemos consumirlo con moderación.
3- Los alimentos quema grasas no queman nada de nada
Decir que el ananá no engorda es una mentira. Lo que sí es cierto es que contiene encima: la bromelina, que favorece la digestión y una mejor asimilación de las proteínas. Y así con una gran cantidad de frutas. Por ejemplo, también se rumorea entorno al pomelo y la manzana. Son poco calóricas y en el caso de la manzana rica en fibras. Pero esto no quiere decir que adelgacen. Comer en demasía tanto una como otra supone una reducción drástica de las aportaciones calóricas y, por lo tanto, una pérdida de peso, sí, pero a cambio de muchas carencias y sobre todo de una recuperación de kilos cuando volvamos a retomar una dieta equilibrada. Su mejor función es la de cortar el hambre entre horas y con eso hay más que suficiente.
4- Comer rápido hace perder peso
Sólo porque el estómago no tiene tiempo de percibir las señales de saciedad. Cuanto más rápido comamos, más posibilidades hay de comer demasiado porque no llegamos a sentirnos llenas. Lo mejor es realizar cada comida por lo menos en 20 minutos. Por eso se suele aconsejar masticar bien los alimentos. Así pues, sólo hay que seguir un único consejo: tómate tu tiempo. Y para prevenir, evita comer de pie y rápido, acostúmbrate a dejar los cubiertos entre bocado y bocado y bebe agua durante la comida.
5- Lo light no adelgaza
Es cierto que los productos ligeros contienen menos calorías, pero también lo es que a veces contienen el doble o el triple de azúcares y grasas. Segundo problema: por ser ligeros tenemos cierta tendencia a consumirlos en exceso. ¿El resultado? Las calorías aumentan sin que nos demos cuenta. Hay que consumirlos con moderación.
6- Comer bien hace que almacenemos
El organismo elimina mucho mejor los alimentos ingeridos durante la primera parte del día porque el cuerpo está mucho más activo. Por la noche hay que cenar ligero para evitar tener que eliminar grasas mientras dormimos. Se trata de seguir el principio de la dieta cronobiológica. Por el contrario, hay dietistas que recomiendan siempre una buena cena, equilibrada y en familia. Lo mejor: no cometer excesos durante el día y ver qué ritmo te conviene más.
7- Saltarse una comida ayuda a perder peso
Es la llave maestra del equilibrio alimentario: la regularidad. En cuanto nos saltamos una comida y el organismo no recibe lo necesario para funcionar bien su reflejo es retener. Y cuando hablamos de retención hablamos de coger peso, pues el organismo almacena dos veces más para llegar a la siguiente comida.
8- El deporte adelgaza
Cuanto más deporte practiquemos, más grasa perderemos… ¡Es un hecho! Lo mejor es combinar actividad física con dieta para no comer más de lo que el cuerpo necesita. Además, el deporte permite elevar nuestro metabolismo de base, es decir, podremos aumentar la cantidad de calorías consumidas a diario. Es importante saber que es preferible practicar una actividad física de un modo prolongado, pero sin realizar esfuerzos demasiado intensos. ¿Por qué? El organismo empieza a quemar grasa a partir de los 45 minutos de ejercicio. Y las quema mucho mejor si no nos esforzamos demasiado.
9- Las proteínas queman grasa
El hecho de consumir muchas proteínas como la carne, el pescado, los huevos, etc. incita al cuerpo a quemar muchas calorías para digerirlas bien. Además, al consumir muchas proteínas nos quedamos llenas en seguida sin perder músculo.
Se trata de una dieta cuyos resultados han quedado demostrados, pero que se debe quedar en eso, una dieta, y no adoptarse como un modo de vida.
10- El chocolate no es malo
Al contrario de lo que solemos pensar, el chocolate es un aliado para la salud. Al ser rico en polifenoles se vuelve particularmente interesante para combatir los problemas cardiovasculares. Además, es el placer por excelencia, pues hace segregar endorfinas, las hormonas del buen humor. Sólo hay que evitar comerse la tableta entera.
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